La voz de su amo
Amo ser un esclavo. Cada día me levanto y rindo pleitesía a mis amos. Me electriza ser un borrego, un ser sin alma, un obtuso imbecil que adora a todo aquel que le pisotea. Los adoro cuando doy por buenas mayúsculas bravuconadas, cuando callo ante el desproposito de vida a que me someten, a mí y a los inocentes. Soy perversamente estúpido, pues sin mi aliento les faltaría el suyo. Mi sola negación negaría su infamia y su vida, pero soy incapaz de negar, prefiero la humillación de una muerte lenta e indigna a rebelarme. Su gran miedo es que yo deje de ser dócil, que entienda que ser libre y muerto es cien veces mejor que vivo y esclavo.
No temais no moriré, si antes no mueren ellos.
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