martes, 28 de diciembre de 2010

¡Que no acabe nunca el mundial!


"La roja" llenó las calles españolas de enfervorecidos hinchas. Millones festejaron la maravilla de dar unas cuantas patadas al balón. Desafortunadamente esas multitudinarias congregaciones de entusisatas no tienen la decencia de mirar el cartel del mundial tal y como debía haberse hecho y mucho menos de salir a exigir el final definitivo de la pobreza. Los millones gastados en festejos podrían haber salvado miles de vidas.
¡Que vergüenza!

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