Pulido, limpio, lustroso, su baño de aceite brilla como dorado sudor.Creación de un solo cometido es capital su fin.
En sus días primeros corría rumoroso emitiendo un silbido metálico.Nada era bastante para él, anonadado en su perfecto rodar fluia sin detenerse jamás, sabiendo que sin él todo pararía.
Los años pasan, su superficie gastada, llena de golpes y óxido ya no consigue girar sin emitir infinitos chirridos.Muy pronto, algún día saltará, abrumando de lluvia metálica en diminutas piezas la máquina.
El día no llega. Hoy no marchará.
El movimiento que siempre acompañó su vida se detiene. Un solo segundo y está fuera. En su lugar un reluciente y nuevo engranaje debora su vida a cada giro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario